Lilian Tejeda
Para una madre no hay mayor satisfacción que alimentar a su bebé. Aunque lo hace desde que ese pequeño ser está en su vientre, amamantarlo es mucho más gratificante. Nada se comprara con poder contemplar sus caritas complacidas mientras extraen la leche de sus mamas.
Es una lástima que esos mágicos momentos no perduran debido a que las madres de hoy se ven obligadas a dejar a sus niños a los pocos meses de nacidos para retomar sus rutinas de trabajo, estudios u otras labores. Lo bueno es que con sus extractores de leche tienen al menos la posibilidad de dejarle a sus crías su valioso alimento. Esto les da un poco de tranquilidad.
El valor de la leche materna es altísimo. Por eso es que se han diseñado esas herramientas (los extractores) para que los niños no se pierdan este alimento cuando sus madres no pueden darles el seno directamente.
La lactancia materna es tan importante que según Organización Mundial de la Salud (OMS) puede reducir la mortalidad infantil y sus beneficios en la salud se extienden hasta la adultez.
La OMS y otros organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recomiendan que durante sus primeros meses de vida a los niños no se les proporcione ningún otro alimento que no sea la leche materna ¡Ni siquiera agua!
Beneficios
Los beneficios de la leche materna son conocidos. Pero nunca está demás recordarlos, sobre todo porque en esta época muchas madres suelen preocuparse más por los efectos del amamantamiento en su apariencia física que por el bienestar de sus hijos.
Amamantar les proporciona a los niños energía y todos los nutrientes que ellos necesitan durante las primeras etapas de su vida, que como todos sabemos son las más importantes. Además este alimento es fundamental para su desarrollo intelectual, de sus sentidos y los protege de enfermedades. Y, como valor agregado, este acto refuerza los lazos entre la madre y el niño.
La madre debe cuidarse
Como ya hemos dicho, la leche materna está cargada de nutrientes y proteínas, pero la madre que amamanta debe velar para que ésta siempre esté dotada de todos esos competentes que su niño necesita. Para ello es fundamental que se alimente adecuadamente, pues en esta etapa sus necesidades nutricionales aumentan.
“La dieta de la mujer que lacta debe contener un mayor número de calorías que durante el embarazo, ya que existe un desgaste energético mayor. Debe consumir de dos a tres litros de líquidos diariamente. Para satisfacer las necesidades de calcio, debe consumir dos tazas de leche por día, o sustituirla por algunos derivados como el yogurt, queso u otros. No debe ingerir café, alcohol, consumir drogas o fumar”, establece un estudio la Unicef.
También se le recomienda a la madre tener cuidado al tomar medicamentos. No debe hacerlo a menos que sean indicados por un médico. Como vemos, amamantar no es sólo una bonita tarea, es también un gran compromiso.